Aquí comienza nuestra historia.
Y es que un 13/10/2018 nos levantamos pronto para poner rumbo a Madrid a recoger las dos Hanway Scrambler 125 que una semana antes habíamos reservado.
Unas horas de carretera y llegábamos a la capital para cargarlas en la furgoneta y traérnoslas para Valencia.
Como anécdota decir que fue muy bueno. La semana de antes habíamos estado mirando anuncios de concesionarios que vendían la moto. Éste de Madrid era una oportunidad ya que eran las últimas dos que tenía en stock de un contenedor que había encargado. Nos hizo precio por ser esas dos últimas y por comprar a la vez dos. La cuestión es que no lo conocíamos de nada, habíamos hecho la transferencia a modo de reserva por el valor de una moto y eso era todo. Compra digamos a ciegas. Total que llegamos allí y al entrar localizamos una de ellas, estaba preparada y lista para entregar. Pero la otra no la veíamos. En eso que avanzamos por la tienda y nos encontramos con otra Hanway Scrambler. Nos quedamos de piedra. Aquella moto tenía algún que otro rascón y alguna que otra pieza descolorida. Por un momento rondó por nuestra cabeza que estaba así por ser la última de las que tenía en stock. Preguntamos y dijo el dueño del concesionario: «No, no…esa es de un cliente…la otra está ahí». Ufff, ya nos relajamos tras observar que la moto estaba impoluta. Fue gracioso ver nuestras caras de nos la han clavao y pensar que tan solo nos llevaríamos una.
Que comience la aventura….ya tenemos motos!!